Oda a un pene

Una paleta de helado de coco, tan cremosa
como la dulce textura del chocolate que en mi
boca se derrite o como el te de menta
cuando se escurre por mi garganta.
De perfecto diametro y longitud
de color, sabor y apariencia perfecta
que se ajusta a mi medida exacta
que nunca me atraganta, que no me desbarata.
Podria horas pasar mortificandote
con mis labios, torturandote con mi lengua
alternando la presion
los movimientos y las tecnicas.
Placentero ejercicio que me permite
enloquecerte. Succionando y exprimiendo
cada gota de tu escencia...
Suave y caliente nectar.
Intento prolongar lo mas que puedo
el tan placentero metodo de saborear
esa parte de tu cuerpo que pronto invadira
el mio entre gritos de pasion extremos.
Sentir con mis manos tu suavidad
subir y bajar, soltar y apretar.
Sentir todo el placer de esa herramienta
que martilla, serrucha, lija y calienta.
Aceptarte caliente, duro como un palo
y tambien desesperado es algo que me
encanta, que me vive y que me mata
y que me enloquece en la cama.
Siempre estas de buen humor y si
necesitas atencion simplemente la
reclamas. Travieso y a la vez testarudo
a veces haces lo que te da la gana.
No te importa que te apriete
ni le temes a la oscuridad
eres decidido y valiente aunque
contra la corriente te tengas que enfrentar.
Muchos nombres se te han dado
con el paso de los anos
que aveces ni yo se
como te deberia llamar.
Olvidemos el preambulo
que ya mi libido esta alto
Entra y sal de la oscura cueva
en la cual me logras descontrolar.